martes, 24 de mayo de 2011

El Agua del Cielo

Auditorio lleno, había silencio...


Suena la primera nota del piano y luego la segunda...


Es la Borinqueña, himno de Puerto Rico, en la graduación de mi hija.  "Los himnos no se aplauden, pero las interpretaciones si !" dijo el dueño de la escuela al principio de su discurso.


Ana Paulina, mi hija, en el piano La Borinqueña, y Francisco su compañero de clase el Star Spangled Banner en violín.  ¡Qué dúo de 6to grado en sus togas azul cielo tocando notas que parecían caer del cielo !


Es verdad tremendo talento... es natural.  ¡Qué va !!  Soy testigo de la lucha diaria para que practique.  Soy testigo de los viernes en la tarde cuando lucha por quedarse en la escuela jugando, hablando y esquivando ir  a casa, porque es el día de la clase de piano.


Por bueno el maestro, es el discípulo el que tiene que hacer el trabajo, el empeño, el esfuerzo, el tiempo.  Ahhhh, pero si lo vieras como un pasatiempo, como un juego, como una diversión entonces la descripción del proceso sería otra.  ¿Verdad ?  


Pero si la dejas decidir se quita y persigue otro asunto.  ¿Y quién nos dice que si dejamos algo para hacer otra cosa, no dejamos eso también por la misma u otra razón ?


¿Cuántas veces decimos en silencio: si yo volviera a nacer, si pudiera escoger otra vez, si sólo me diera el tiempo o, que tal si empiezo otra vez ?


Seríamos el mejor, la mejor, en ese algo nuevo o diferente, o terminaríamos brincando a otro trabajo "nuevo", o nos cansaríamos en algun momento de ese "nuevo" amor, o tal vez estudiaríamos otra cosa... ¡Y con el tiempo darnos cuenta que no es lo que está afuera lo que verdaderamente nos estimula, sino es la pasión interior lo que debo atender !


Yo se que cuando salimos afuera del teatro donde fue la graduación, había tremenda inundación !  No era un aguasero, era casi un temporal, no eran gotas de agua, eran baldes y chorros, no se veía el cielo para ningún lado, era todo negro y gris, lo que faltaba era un tornado.


Ahhhh, pero adentro de mi corazón, el cielo estaba tan lindo color azul, como la toga de mi hija y la de Francisco.  


Todo lo que te propongas se convierte en una bendición, aunque al principio lo hagas de mala gana.  Si no te rindes, y perseveras, al final escucharás el aplauso, aunque sea el tuyo interior... 


... y recuerda, lo que te embacha por dentro no es el agua del cielo, es ayudar a otro alcanzar su destino, es sentir el Amor Verdadero que te moja por dentro y se desborda... en tu mejilla con una lagrimita de orgullo.



1 comentario:

  1. Miguelo, tanto tiempo!!! Hermoso mensaje, estoy de acuerdo totalmente. Tenemos que dejar de buscar afuera de nosotros nuestra felicidad y exito. La verdad es que: "todo depende de mi". Dios te bendiga!!!

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