viernes, 26 de agosto de 2011

El Carrito de Casualidad

Uno de mis momentos favoritos del día es llevar a mis hijos a la escuela.  No siempre puedo porque aunque no lo parezca en mis escritos, también trabajo...

Tengo la fortuna de vivir, por elección, y luego de setenta mil garatas con mi esposita, en un lugar donde la escuela esta dentro de la misma urbanización.

Ya no se pelea con el tapón de la mañana, por lo menos para llevar a los niños a la escuela, y los exponemos menos a los peligros y los estreses de la sociedad moderna, donde todos queremos llegar al mismo sitio a la misma hora y las bocinas y los cortes de pastelillo son la orden del día...  No se si te puedas identificar, ja, ja.

Los niños montan sus bultos en el carrito y al perro lo amarro en la parte de atrás y en 4 minutos estamos en la escuela, al menos que tenga que virar para atrás

"¡ Papi, se me quedó la lonchera !!" y todos los demás dicen "Ahhhhhhh"

Esta mañana no fue diferente, los deje en la entrada de la escuela, Ana siempre me da un beso ajorá y me dice "byeee" y Migue me dice "me buscas temprano, te espero" sabiendo que casi siempre los busca su Mamá, y Manu me da dos abrazos y me dice "adiós Pipa" (ni perderé el tiempo con esta explicación) y yo le respondo "¡ Te portas mal y me cuentas lo que hiciste a la tarde !"  Algún día caso me hará.

Camino de vuelta veo otro Papa con un cuerpo y tres manos.  Una mano lleva a una niña de segundo grado, la otra mano lleva una niña de pre-escolar y la tercera mano lleva un bulto gigante mas grande que las dos niñas juntas.  "¿ Dios mio, que llevará, una enciclopedia, un triciclo y un televisor ?"

No es tan raro ver a los papas caminar y sus niños llevar, pero no los había visto antes en esto de andar.

"¿ Hola, necesitas que los lleve a la escuela ?" dije con amabilidad, sabiendo que me dirían que no gracias que ellos disfrutan de caminar en la acera con charcos y fango de la tormenta Irene, con las manos cargadas y tarde y con prisa sabiendo que el timbre de entrada hacia tiempo que tuvo que sonar...

"Uffff, muchas gracias, es uno de esos días..." me dijo el Papa con un gesto de alivio.

Silencio, silencio, el bulto gigante monté, que pesaba tanto que al quiropráctico esta tarde tendré que atender.

"¡ Increíble, mi esposa se fue temprano en mi carro y no se ni porque.  No me molesta eso, lo que si me molesta es que parece que con ella también se fueron las llaves del otro carro y a pie me quedé.  Para colmo la llamo y me sale su voicemail !"

Yo en silencio pensaba "Bueno también parece que se llevó la plancha y tu cepillo de pelo porque no te ves muy bien...."  No te asustes no estoy siendo cruel, es que me pareció verme en un espejo ya que a veces por llevar a los niños con prisa así me debo ver también.

Mientras mi mente se preparaba para ir de viajes, la niña grande interrumpió "Tu eres el Papa de los gemelos Manuel y Miguel"

"Así es" le confirmé, orgulloso que una niña chiquita me reconociera por mis hijos, confirmando que con el tiempo los Papas pasamos al mundo de "este es el Papá o la Mamá de  (pon aquí el nombre) y así nos vamos preparando a por siempre perder nuestra identidad real...

"Con permiso" me dijo el Papá, "¿ Tu eres entonces el maestro de natación ?"

"Bueno no tanto como maestro, pero soy el que trago agua ayudando a los niños de la escuela encontrar su linaje genético con los peces del mar."

"Es que mi esposa me dijo que un día encontró a un Papá desamparado con unos gemelos que salían de la natación y les ofreció llevarlos a su casa, entonces por eso me imagine que eras tu"

"Tienes razón, me recuerdo, tu esposa me llevó a casa con mis gemelos porque el carrito no quiso prender, de hecho este mismo carrito, y me economizó caminar a casa con mis hijos y los tereques... ¿bueno tu me entiendes, verdad ?"

"Así es" asintió al llegar a su destino.  "Muchas gracias" me dijo

"Gracias a Ti por darme esta oportunidad, no son muchas las veces que podemos ayudar a alguien que nos ayudó alguna vez.  La vida continua, nos mantiene ocupados en lo próximo que debemos hacer, y no es hasta momentos como estos que los favores del pasado podemos agradecer.  ¿Casualidad ?"

No creo...

Hoy piensa en alguien que te ayudo en un día de necesidad y llámalo o envíale un e-mail.  Quizás le hace falta una ayudita el día de hoy... de casualidad.

Miguelo




2 comentarios:

  1. Gracias!! Ni te digo porque. Porque son muchas!! Dios te bendiga!!!

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  2. A la verdad que tienes un don Miguelo. Tus escrituras son sabiduría de Dios. Saludos. -Eli

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